domingo, 4 de octubre de 2015

Barrio La Paz - Quilmes

Octubre  2015

Barrio La Paz: La comunidad que pudo ser y no fue.

E
ntre fines de 1970 y los primeros años de los 80´ me toco vivir y en parte protagonizar, un momento esplendoroso y repleto de esperanzas en nuestra zona. Podríamos denominar a este tiempo histórico “La Primavera de La Paz”.   La lucha por la vuelta a un sistema de vida democrático y su consecuencia, la alegría de volver a ser libres, fue para nuestro barrio un momento de gran esplendor militante.  La increíble  experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base en nuestra parroquia, y  su movimiento de formación de líderes,  fue foco de atracción para una importante cantidad de activistas de todas las corrientes políticas e ideológicas.   Confluíamos todos en profundas batallas, discursivas y organizativas, por querer  ser los primeros en hacer las cosas.  En estos años, no había dudas sobre la honestidad personal e intelectual de quienes batallábamos.  La gran movilización social que esto producía, nos creaba la ilusión que todo iba ser mejor en nuestro barrio. Sin embargo, mas de 30 años después, la realidad que los Lapacences hemos sabido construir, o en el mejor de los casos, hemos dejado que se consolide  observando pasivamente, es muy distinta a nuestros sueños iníciales.

Un poco de historia

S
i tomamos como zona, a “La Paz”, podríamos acordar que es el territorio que abarca el oeste de la ciudad de Quilmes, desde Camino Gral. Belgrano  hasta Av. Dto Alvarez y desde Av. Pasco Hasta Av. San Martin. Esta zona de unos 9 km cuadrados,  nos es común a todos los que habitamos por acá.   Sus características: a) dos arroyos que cruzan todos los barrios. B) sin pavimentar  las avenidas que nos integrarían al distrito; R. Lopez, 12 de Octubre,  Amoedo y sus respectivos puentes sobre los arroyos Las Piedras y San Francisco. C) un solo puente y calle pavimentada que nos conecta con la localidad de SF Solano. D) estructura socio cultural parecida.  d) historia de crecimiento poblacional común (asentamientos).
A fines de los 70´se realizaron los últimos loteos regulares en estos barrios. Quedo así, conformado y cubierto todo el espacio posible de urbanizar. Se tuvieron en cuenta  terrenos libres para posteriormente ordenar el sistema educativo, el sistema de salud, plazas, iglesias, etc  y los niveles del suelo, a fin de que toda la zona pudiera desagotar hacia los arroyos.    Con excepción del barrio Km 13, el resto del suelo habitable se loteo y se realizaron las construcciones de viviendas  en forma ordenada, de acuerdo a las normas urbanísticas vigentes.   El resto del suelo disponible era zona rural de bañados y pantanos.   Estos espacios rurales,  quedaron entre  los arroyos y formaban parte de los 300 o 400 metros que separaban a estos de las zonas habitadas.   Durante  épocas de copiosas lluvias, los arroyos desbordaban y el agua llegaba a los límites de las viviendas.   Solamente una Sudestada,  acompañada de lluvias torrenciales, ponía en riesgo y efectivamente inundaba parte de algunos barrios.   Recuerdo el año 1969 o tal vez 70, mi casa, la ultima del barrio a 350 mts del arroyo San Francisco, se inundo.  El agua subió  más de  30cm en nuestra precaria  vivienda.  Una sudestada de este tipo se volvió a manifestar  en el verano de 1985, como muchos recordaran. Después, hasta nuestros días,  no volvió a ocurrir un fenómeno climático de estas características.  Sin embargo,  últimamente, nos inundamos varias veces al año.


El barrio en el que crecí comenzó a cambiar en 1981

 A fines de los años 70, esta amplia zona que denominamos  “La Paz” tenía entre  15 y 20 mil habitantes, aproximadamente.  Se calcula que actualmente somos entre 70 y 80 mil vecinos.
Una densidad poblacional que se fue construyendo y constituyendo en base a la toma informal de tierras.   Vecinos, amigos, familiares del barrio y de otros lugares, desesperadamente fueron tomando tierras inundables y con suelo contaminado. Una especie de “cultura del asentamiento” se propago en esta zona. En poco tiempo, se multiplico varias veces la población.

1981
La dictadura comienza a decaer, se producen los primeros movimientos de oposición más o menos organizados y de gran volumen. Parte del sindicalismo comienza su lucha, los organismos de derechos humanos  amplifican sus reclamos, se produce en Quilmes la “Marcha del Hambre” convocada por el Obispo Jorge Novak, etc.  La dictadura produce una modificación en la ley de alquileres,  lo que junto a la famosa “1050” que indexaba los créditos hipotecarios, deja sin casa y en la calle a gran cantidad de Argentinos. Entre los afectados, hay mucha militancia política. Estos,  paulatinamente,  renovaban su accionar. Se comienza a percibir,  cierta debilidad de la mas sangrienta dictadura de nuestra historia.
De alguna manera que desconozco, esta problemática básicamente urbana, de centros de ciudad, aparece en nuestro barrio y el padre Raúl Berardo, a cargo de nuestra parroquia, impulsa iniciativas de toma de tierras como respuesta. La tierra es de Dios, decíamos.
En Quilmes, en el barrio La Paz, el cura Raúl Berardo conducía un proceso que estaba consolidando un gran movimiento socio-religioso formando líderes barriales más o menos esclarecidos y  con capacidad organizativa;  Las Comunidades Eclesiales de Base.  Este movimiento, contaba con gran  apoyo institucional de la Iglesia Católica en la persona del  Obispo Jorge.  En la parroquia, mi rol era la conducción táctica de unos 400 jóvenes  organizados en pequeños grupos y en todos los barrios. Para ello,  se instrumento una comunidad de jóvenes responsables,  “la convivencia”. Esta “convivencia juvenil”, era una escuela de formación de cuadros dirigentes que tenia la particularidad de convivir en una misma casa, forjándose como “hombres  Nuevos” (documento de Puebla).   La conducción estratégica la ejercía el “Padre Raúl” como lo llamaban todos, o “Raúl”, a secas, como algunos lo llamábamos.  Jorge Escaris y Elisa Palomba, cuadros Peronistas con los que Raúl había compartido parte de su experiencia de cura obrero en los 70,  fueron convocados  para formarnos en metodologías de organización y conducción política.
El Padre Raúl, en esos años visita seguido el Brasil. Hay allí un gran movimiento, que lucha contra la dictadura brasileña.  Movimiento Político- social, donde las Comunidades Eclesiales de Base tienen un fuerte protagonismo (Lula es un emergente de este movimiento).  En esos viajes toma conocimiento, o tal vez también contacto, con el Movimiento de Los Sin Tierra. Organización  de campesinos que toman grandes extensiones de tierra para trabajarlas y alimentarse. Seguramente, esa experiencia lo llevo a idear la toma de tierras en “La Paz” cuando acudieron a pedirle ayuda los desalojados de la dictadura.   
Así, a fines de 1981, se producen las primeras  tomas en el barrio.   La experiencia de ocupación informal de tierras en el país,  eran las villas de emergencia.  Raúl, propone un nuevo tipo; el asentamiento planificado y organizado. Se trata de crear barrios, conectados e integrados al resto de los barrios ya existentes. Por tal motivo, se respeta el trazado de las calles y el ordenamiento de terrenos con las medidas estándar  en cada manzana.  Estos objetivos son logrados en alto grado, debido al nivel de organización  ya existente en la zona.  A fines de 1981, unas 1500 familias se habían asentado y comenzaban a construir sus casas y a organizar los servicios básicos.
Luego de estos primeros “asentamientos” y ya en democracia, se comenzaron a multiplicar las tomas de tierra.  Parecía que todo “militante” que se precie, debía organizar una toma de tierras para demostrar su compromiso.  Así, se tomaron primero todos los espacios internos del viejo barrio reservados a plazas, escuelas, centros de salud, etc. Y luego, hasta nuestros días, todos los bañados, pantanos y basurales.
El grupo de compañeros del que fui parte,  generacional  e ideológicamente, en nuestra primera juventud, participamos activamente de los primeros asentamientos.   Ya en Democracia, nos comprometimos con la vida política del país, aceptando la legalidad de la república.   Sin embargo, no dejo de preguntarme por aquel comienzo de tomas de tierras, que desato el trazo grueso de cómo iban a configurarse nuestros barrios.  Me pregunto sobre la tristeza que veo en nuestros vecinos adultos,  los que con tanta esperanza compraron sus terrenitos en los 60 y 70.  Sobre el dolor de los que pudieron vender e irse y también sobre la recomendación que nuestra generación hace a sus hijos de que, en lo  posible, organicen su futuro en otro lugar mas saludable.
También me pregunto ,  si nuestros lideres hubiesen sido mas sensatos y razonables,  tal vez nuestro querido amigo Agustín Ramírez, estaría todavía con nosotros.


La Paz, una muestra del fracaso de las políticas públicas en Democracia

L
a democracia, como el mejor de los sistemas políticos o tal vez como el menos malo de los sistemas políticos que haya experimentado la humanidad hasta el  momento, en nuestro país se ha demostrado incapaz, por ahora, de resolver problemas básicos. Problemas como la planificación del territorio nacional, su urbanización de acuerdo a la densidad demográfica, el acceso a la tierra y vivienda de todos sus ciudadanos, la planificación de la salud y educación, etc,  son cuestiones básicas de preocupación y ocupación inmediata de cualquier sociedad política, democráticamente organizada.   Teniendo en cuenta nuestras  enormes riquezas naturales, de las que todos somos consientes y los recursos humanos de calidad que forman nuestras universidades, es menos entendible aun.     En este sentido,  los últimos 30 años de nuestros barrios, son una clara muestra de la desidia, el abandono y el cinismo de la clase dirigente de nuestro pais.  También, en términos de autocritica, el completo fracaso de toda una generación.  Los emergentes, como actores políticos y sociales, en el advenimiento de esta última etapa democrática.
Me pregunto ahora, y pregunto , ¿es todavía” La Paz” una zona viable de ser urbanizada y organizada para una vida social más o menos  ordenada y digna?.  Es todavía posible resolver los graves problemas de infraestructura que posibilitarían una vida urbana medianamente normal? .  Es posible un sistema educativo, de salud, de seguridad y un medio ambiente razonable en semejante concentración poblacional con altos niveles de marginalidad y exclusión?.   Me gustaría encontrar respuestas optimistas!!.
Esta descripción, de la historia y la realidad de nuestros barrios del oeste de Quilmes que llamamos “La Paz”,  trata de incorporar una mirada realista para pensar soluciones posibles.  Entiendo que no será fácil. Por formación política e ideológica he sido, y creo que todavía lo soy,  irremediablemente optimista.  Como siempre, pienso que lo mejor esta por venir.  Depende, en parte, de los que formamos parte de aquella generación de la “primavera de La Paz”,  pero fundamentalmente de los más jóvenes.  Los años que vienen, a mi criterio, serán determinantes en la configuración definitiva de estos barrios. La responsabilidad es política. Los que gobiernen el país y la ciudad de Quilmes en los próximos años y sobre todo la participación de los jóvenes Lapacences, determinaran, si en estos barrios  se podrá aspirar a una vida urbana digna y normal o serán, definitivamente,  reservorios  de marginalidad y exclusión.

Omar Niz.