Hay que saltar “la grieta”
La grieta se
expresa en la vida cotidiana por la división, a veces profunda, de las
familias, grupos de amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc.
Según los
últimos sondeos de opinión, medianamente serios, la grieta política alanzaría a
la mitad de los argentinos. Distribuida ella, en casi perfectas mitades. La otra mitad de los argentinos se defiende
como puede de apasionados y fanáticos, rogando que la locura termine pronto.
La grieta política es, claramente, un hecho irracional. Esta inspirada en
pasiones y fanatismos varios. Es decir, acciones no razonadas. Minorías muy activas, invaden la vida diaria
con sus odios y rencores.
Una construcción racional de grupos
interesados
Si bien “la
grieta” es, en si misma irracional, su construcción es profundamente
racional. La grieta, es un hecho político
construido a propósito. Se define un
enemigo, se personifica a ese enemigo y
se construye el odio a través de diversos dispositivos: militancia organizada,
medios de comunicación masiva, redes, etc.
Grupos especializados se encargan de la tarea. La lucha política y
social comienza a ser entre dioses y demonios, entre buenos y malos.
La historia de la humanidad está plagada de ejemplos. Los más cercanos podrían
ser la Inquisición cristiana, donde quemaban vivos a los “herejes“.
El Nacismo alemán o el comunismo de Stalin en Rusia. En estos casos, una
parte de la grieta toma el poder y luego sobreviene la matanza de “los otros”.
Ciudadanos de un mismo país, hermanos que matan a otros hermanos. Obviamente,
estamos muy lejos, todavía, de semejante sin razón. Pero, deberíamos observar con preocupación, lo
que acurre actualmente en Venezuela y Nicaragua. También en Brasil y EE UU los enfrentamientos
internos se están profundizando.
Los que
apuestan a “la grieta” como forma de organización política, lo hacen como
último recurso, a veces desesperado, en la lucha para conseguir el poder, para
retener el poder conquistado o para reconquistar el poder perdido. Cuando los argumentos ya no son posibles, porque
no convencen a nadie, se apela a la fe, a la pasión, al fanatismo.
La esperanza en la otra mitad
La mitad de
los argentinos que observa, no participa de “la grieta” y espera, es el
conjunto que definirá el futuro del país.
Difícilmente, parte de este 50% se incline hacia un lado de “la grieta”. Es esta mitad la que está construyendo una
alternativa, no solamente electoral, también estratégica. Es esta mitad, la que
demanda propuestas de grandes acuerdos nacionales. Acuerdos de organización económica,
que incluyan a todos y perduren en el tiempo. La Unidad Nacional, es la única alternativa.
Ningún miembro de la grieta, está en condiciones de proponerla. Hay que saltar la grieta, La Patria Está en
Peligro.
Omar Niz.