El Final de Año que No Fue……
Personas que
conozco, algunos amigos, algún miembro de mi familia y otros conocidos y también
partes de mi entorno social, se hicieron eco, estos últimos meses, de un
discurso claramente antidemocrático y destituyente del gobierno constitucional.
Estas personas de mi conocimiento, a las
que me refiero, son argentinos honestos, trabajadores y bien intencionados. Me
surgen muchas preguntas: ¿Cómo es que se convirtieron en militantes en las redes
sociales, al servicio de grupos claramente minoritarios y sumamente violentos? ¿Cómo
es que no logran registrar que una familia que se dedico toda la vida a la política,
administrando dinero de todos, no puede tener 6 millones de dólares en una caja
de seguridad que fue vista por todos, además de innumerables propiedades en el
sur del país, en puerto madero y barrio norte? ¿Cuál es la moral revolucionaria
de una madre que involucra a sus hijos en la administración del dinero mal
habido? ¿ Como es que no se dan cuenta, que su militancia en las redes, es
contraria a su propio interés y el de todos los argentinos?
Está claro,
que quienes organizan y difunden el discurso original defienden un interés. El interés,
de volver a posiciones de poder que les garantice impunidad. El grave problema,
de muchos de ellos, es no terminar en la cárcel. Estos, como su jefa, son
inmensamente ricos. En poco tiempo, ingresaron a ese sector privilegiado de la
argentina que es la clase alta. Con todos los beneficios que ello representa.
Estos
pequeños grupos, que podríamos denominar el “kirchnerismo residual”, tienen
suficientes recursos económicos para montar un gran aparato
comunicacional. Lo que denunciaban como metodología
del grupo clarín, son los métodos que ellos aplican ahora para defender sus
intereses de privilegio ( periodistas mercenarios, captura de temas específicos
en redes sociales, empresas de comunicación que replican una línea editorial en
televisión, radio y prensa escrita, etc) todo al mismo tiempo y sin fisuras.
Desconfiar
de los medios de comunicación, fue parte de mi formación política y de todos
los que después nos dedicamos a la participación social y política activa. Leer “entre líneas” , es parte de nuestra
costumbre en el análisis político. Algo
bueno que dejo la pelea de Nestor con Clarin, fue la democratización de esta
desconfianza. Se instalo la percepción social,
de que los medios son empresas que defienden el interés de quien les paga. Que
hay periodistas honestos y objetivos y otros que no lo son. Hay que ver y
escuchar a todos, leer a todos y sacar conclusiones propias. Esta forma de ver, escuchar y leer se extendió
también a las redes sociales.
Creo que
esta es la razón, por la cual, el apocalipsis del discurso destituyente no sucedió.
La mayoría de nuestro pueblo, sabe de que se trata. Sobre todo, los más pobres.
Ellos son los primeros en sufrir las consecuencias de cada crisis. Podremos
tener diferencias. Un gobierno nos puede gustar mas o menos. Lo importante es
que haya elecciones democráticas cada dos años, eligiendo presidente cada
cuatro. Parece que esta, es la voluntad soberana de
los argentinos.
Omar Niz.