Crisis terminal y nuevo Contrato Social?
Algunos analistas políticos, están alertando sobre la
gravedad de la situación en que esta nuestro país y los problemas de una
posible reconstrucción, o no, de una nueva “normalidad” posterior a la
pandemia. En estos días, escuche a un
experimentado dirigente sindical alertar sobre la posibilidad de disolución de nuestra
Nación. Imposible pensar un país sin
fábricas, sin comercios, sin inversiones. Sin
ofertas de trabajo. Al mismo tiempo,
veo a nuestra clase dirigente entretenerse, apasionadamente, en internas
oficialistas e internas opositoras. Muy creativos ellos, en encontrar nuevas
formas de dominación social con la excusa de la pandemia.
Todos sabemos que es un contrato. Un contrato, es un acuerdo
entre iguales. Cada uno es totalmente libre de firmar o no un contrato (de
alquiler, de un crédito con el banco, de un trabajo en una empresa, etc,
). En el caso de una Nación, es lo
mismo. Si bien no firmamos un contrato
explicito, un Contrato Social es un contrato simbólico entre ciudadanos libres
para crear un Estado, una Nación. Una
vez constituido, se producen innumerables contratos entre los ciudadanos y la administración del Estado. Todos
acordamos, libremente, en la medida que
lo acatamos y no nos revelamos, respetar una ley que produce el poder
legislativo o un decreto del presidente.
Contrato Social
La idea de Contrato Social, refiere a la obra de
Jean-Jacques Rousseau. https://es.wikipedia.org/wiki/El_contrato_social
. Tratado filosófico escrito en 1762,
que entre otros discursos, dará origen a la Revolución Francesa o Revolución Burguesa,
de 1789.
En este sentido, nuestra Constitución Nacional es el
Contrato Social de los argentinos. Se constituye la Nación Argentina a través
de un pacto, en principio, de 13
provincias en 1853. Más tarde, el 11 de noviembre de 1859, se celebrara el
pacto de San José de Flores donde se incorporara la pcia de Buenos Aires. Luego vendrán las reformas, que la adaptaran a los nuevos tiempos. La
ultima, en 1994.
La letra de nuestra constitución, es un Contrato Social
entre los argentinos. A través del tiempo, hemos decidido acatar sus normas y
modificaciones sin ofrecer resistencia. Es decir, aceptamos el contrato. Simbólicamente, firmamos ese contrato.
En este Contrato Social, los argentinos cedemos parte de
nuestra libertad a la administración del Estado. Los ciudadanos
pactamos respetar ciertas reglas impuestas por el Estado, en tanto
necesarias para vivir en sociedad. Así
también, nuestra constitución nos da derecho a la rebelión, en caso que una
ley o un decreto no representen nuestras expectativas o limite excesivamente
nuestras libertades.
Contrato Social y Cuarentena
En marzo, pactamos un contrato con el Estado. Un contrato,
en el marco de nuestro sistema democrático. Lo hicimos libremente. Aceptamos ceder nuestro derecho a transitar
en forma libre por nuestra ciudad, nuestra provincia, nuestro país. Cedimos nuestro
derecho a trabajar libremente, sin ningún otro impedimento más que nuestra
voluntad de contratar con quien nos dé la oportunidad o quien nos dé la gana.
Cedimos nuestro derecho a la actividad deportiva, al esparcimiento. Cedimos
nuestro derecho a reunirnos, a ver a nuestros hijos, a nuestras familias,
amigos, etc.
No lo hicimos explícitamente. No fuimos de a uno a decir
estamos de acuerdo. Como todo contrato social, se cede derechos cuando, mayoritariamente,
se acepta las directivas del
Estado. Creímos en lo que el Estado nos
pedía y aceptamos ceder, prácticamente, el 90% de nuestras libertades.
En poco tiempo, tocara evaluar los resultados de esta cesión
de libertades que otorgamos por un tiempo.
Si la consecuencia resulta ser la posibilidad de disolución de la
Nación Argentina, evidentemente, vamos a ser todos responsables de haber
confiado tanto.
Reclamos de Autonomía.
Habría que observar, que pasa en el mundo con los conflictos pro
autonomía y cómo evolucionan pos
pandemia. Hay nuevos conflictos. Estados regionales o provinciales, en abierto desafío
a la autoridad del Estado Nacional, por ejemplo, en Brasil y EE UU. Ya conocíamos algunos muy importantes en El
Reino de España y Gran Bretaña. También
en Bolivia y otros lugares del mundo. Podrían, en la pos pandemia, recrudecer los reclamos de autonomías
regionales o provinciales??
En nuestra provincia de Mendoza, se acaba de proponer la posibilidad de independizarse de la Nación
Argentina. Una primera encuesta,
encontró una aceptación del 35 % de la población a esta propuesta. Qué pasaría
si provincias ricas, como Santa Fe o Córdoba plantearan lo mismo? O la Patagonia; territorio inmensamente rico
en petróleo, pesca, ganado ovino y desarrollo turístico?. La provincia de San Luis, en varias oportunidades,
ha mencionado su necesidad de desprenderse del "yugo porteño". Inclusive municipios de la pcia de bs as, que
no pertenecen al conurbano, discuten la conveniencia de crear una nueva pcia.
Si pos pandemia hubiere una crisis terminal donde el pueblo
pida en las calles, nuevamente, que se vayan todos!! habría que evaluar estos conflictos y otros. Un nuevo Contrato Social, podría ser
posible. Una nueva constitución de la Nación
Argentina.
Amigos. Esta posibilidad es perfectamente posible. Tengan en
cuenta, que en 2001 la disolución de la nación
pudo ser evitada porque tuvo la intervención de tres dirigentes muy lucidos. Uno ya
no está, Raúl Alfonsín. Otro no está en
el país, es Papa. El coordinador
principal está, pero nadie le da bola, no tiene poder, Eduardo Duhalde.
Al menos yo, no veo tres figuras semejantes en la dirigencia
argentina actual. Es más, no veo ni una.
Esta situación, lejos
de deprimirme, me entusiasma. Es la situación
ideal para que surjan nuevos liderazgos. Es un gran desafío. Creo que la esperanza, está
en los argentinos de entre 20 y 30 o 40 años. Tendrán que discutir y construir una argentina
para ellos. Ya no deberían esperar nada
de los que están. Deberían forzar un proceso de cambio. Tal vez, un proceso revolucionario.
Omar Niz
No hay comentarios:
Publicar un comentario