martes, 21 de julio de 2020

Hablando en Serio..................... Nro 6


Crisis terminal y nuevo Contrato Social?


Algunos analistas políticos, están alertando sobre la gravedad de la situación en que esta nuestro país y los problemas de una posible reconstrucción, o no, de una nueva “normalidad” posterior a la pandemia.  En estos días, escuche a un experimentado dirigente sindical alertar sobre la posibilidad de disolución de nuestra Nación.  Imposible pensar un país sin fábricas, sin comercios, sin inversiones. Sin ofertas de trabajo.  Al mismo tiempo, veo a nuestra clase dirigente entretenerse, apasionadamente, en internas oficialistas e internas opositoras. Muy creativos ellos, en encontrar nuevas formas de dominación social con la excusa de la pandemia.

Todos sabemos que es un contrato. Un contrato, es un acuerdo entre iguales. Cada uno es totalmente libre de firmar o no un contrato (de alquiler, de un crédito con el banco, de un trabajo en una empresa, etc, ).    En el caso de una Nación, es lo mismo.  Si bien no firmamos un contrato explicito, un Contrato Social es un contrato simbólico entre ciudadanos libres para crear un Estado, una Nación. Una vez constituido, se producen innumerables contratos entre los ciudadanos  y la administración del Estado. Todos acordamos, libremente,  en la medida que lo acatamos y no nos revelamos, respetar una ley que produce el poder legislativo o un decreto del presidente.


Contrato Social

La idea de Contrato Social, refiere a la obra de Jean-Jacques Rousseau.  https://es.wikipedia.org/wiki/El_contrato_social .  Tratado filosófico escrito en 1762, que entre otros discursos, dará origen a la Revolución Francesa o Revolución Burguesa, de 1789.
En este sentido, nuestra Constitución Nacional es el Contrato Social de los argentinos. Se constituye la Nación Argentina a través de un pacto, en principio,  de 13 provincias en 1853. Más tarde, el 11 de noviembre de 1859, se celebrara el pacto de San José de Flores donde se incorporara la pcia de Buenos Aires.  Luego vendrán las reformas,  que la adaptaran a los nuevos tiempos. La ultima, en 1994.

La letra de nuestra constitución, es un Contrato Social entre los argentinos. A través del tiempo, hemos decidido acatar sus normas y modificaciones sin ofrecer resistencia.  Es decir, aceptamos  el contrato.  Simbólicamente, firmamos ese contrato.

En este Contrato Social, los argentinos cedemos parte de nuestra libertad a la administración del Estado.  Los ciudadanos  pactamos respetar ciertas reglas impuestas por el Estado,  en tanto necesarias para vivir en sociedad.  Así también, nuestra constitución nos da derecho a la rebelión,  en caso que una ley o un decreto no representen nuestras expectativas o limite excesivamente nuestras libertades.


Contrato Social y Cuarentena

En marzo, pactamos un contrato con el Estado. Un contrato, en el marco de nuestro sistema democrático. Lo hicimos libremente.  Aceptamos ceder nuestro derecho a transitar en forma libre por nuestra ciudad, nuestra provincia, nuestro país. Cedimos nuestro derecho a trabajar libremente, sin ningún otro impedimento más que nuestra voluntad de contratar con quien nos dé la oportunidad o quien nos dé la gana. Cedimos nuestro derecho a la actividad deportiva, al esparcimiento. Cedimos nuestro derecho a reunirnos, a ver a nuestros hijos, a nuestras familias, amigos, etc.
No lo hicimos explícitamente. No fuimos de a uno a decir estamos de acuerdo. Como todo contrato social, se cede derechos cuando, mayoritariamente,  se acepta las directivas del Estado.  Creímos en lo que el Estado nos pedía  y aceptamos ceder, prácticamente,  el 90% de nuestras libertades. 

En poco tiempo, tocara evaluar los resultados de esta cesión de libertades que otorgamos por un tiempo.

Si la consecuencia  resulta ser la posibilidad de disolución de la Nación Argentina, evidentemente, vamos a ser todos responsables de haber confiado tanto.


Reclamos de Autonomía.

Habría que observar,  que pasa en el mundo con los conflictos pro autonomía  y cómo evolucionan pos pandemia.  Hay nuevos conflictos.  Estados regionales o provinciales, en abierto desafío a la autoridad del Estado Nacional, por ejemplo,  en Brasil y EE UU.  Ya conocíamos algunos muy importantes en El Reino de España y Gran Bretaña.  También en Bolivia y otros lugares del mundo.  Podrían, en la  pos pandemia, recrudecer los reclamos de autonomías regionales o provinciales??

En nuestra provincia de Mendoza, se  acaba de proponer  la posibilidad de independizarse de la Nación Argentina.  Una primera encuesta, encontró una aceptación del 35 % de la población a esta propuesta. Qué pasaría si provincias ricas, como Santa Fe o Córdoba plantearan lo mismo?  O la Patagonia; territorio inmensamente rico en petróleo, pesca, ganado ovino y desarrollo turístico?.  La provincia de San Luis, en varias oportunidades, ha mencionado su necesidad de desprenderse del "yugo porteño".  Inclusive municipios de la pcia de bs as, que no pertenecen al conurbano, discuten la conveniencia de crear una nueva pcia.

Si pos pandemia hubiere una crisis terminal donde el pueblo pida en las calles,  nuevamente, que se vayan todos!!  habría que evaluar estos conflictos y otros.  Un nuevo Contrato Social, podría ser posible.  Una nueva constitución de la Nación Argentina.

Amigos. Esta posibilidad es perfectamente posible. Tengan en cuenta,  que en 2001 la disolución de la nación pudo ser evitada porque tuvo la intervención de tres dirigentes muy lucidos.   Uno ya no está, Raúl Alfonsín.  Otro no está en el país, es Papa.  El coordinador principal está, pero nadie le da bola, no tiene poder, Eduardo Duhalde.

Al menos yo, no veo tres figuras semejantes en la dirigencia argentina actual.  Es más, no veo ni una.

Esta situación,  lejos de deprimirme, me entusiasma.  Es la situación ideal para que surjan nuevos liderazgos.  Es un gran desafío. Creo que la esperanza, está en los argentinos de entre 20 y 30 o 40 años.  Tendrán que discutir y construir una argentina para ellos.  Ya no deberían esperar nada de los que están. Deberían forzar un proceso de cambio. Tal vez,  un proceso revolucionario.

Omar Niz

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